El escalofriante caso real de la muñeca que envejeció. Mira por qué el Vaticano la mandó a pedir
Cuando las mujeres son pequeñas, por lo general aman jugar con las muñecas. Las peinan, las convierten en sus mejores amigas, les cambian la ropa…se hacen inseparables. Así que para Lauren Whitmore, una niña de Luisiana, Estados Unidos, no era novedad jugar con sus muñecas cada tarde al llegar a la escuela. Después de cumplir 8 años, sus padres le regalaron una hermosa muñeca que habían hecho con sus mismas características, tenía unos enormes ojos color miel, cabello castaño y mejillas rosadas. Cuando abrió el regalo, prácticamente se enamoró de ella pero nunca imaginó lo que pasaría años después. Cuando Lauren entró a la secundaria sus intereses cambiaron, remodeló su cuarto y entre la cosas que fueron a dar al ático, se encontraba aquella muñeca que con tanto amor le habían regalado sus papás, la que había sido su mejor aliada por mucho tiempo. Al cumplir los 23 años, la joven se preparaba para irse a vivir con su novio. Llevaba días empacando las cosas que se iba a llevar y decidió dar un vistazo al ático, quizá había algo que se le estaba olvidando. Con emoción vio imágenes de cuando estaba en la primaria, fotos con sus vecinas, el perrito que hace poco había muerto y su caja de juguetes. Al abrirla vio algo increíble y un grito espeluznante salió de su garganta. Sus padres se asustaron y corrieron al ático para ver qué ocurría, ahí encontraron a su hija temblando, con los ojos llorosos y muy pálida. En sus manos estaba la que había sido su muñeca favorita pero parecía que había envejecido. Sus ojos se miraban fríos, su rostro estaba muy arrugado, el cabello se le había caído y sus manos y pies estaban casi en los huesos.